El sector logístico familiar ha evitado el miedo al desabastecimiento que se temió debido al Covid-19

Imagen de la última jornada telemática celebrada por las Asociaciones Territoriales dedicada a la logística. (Foto: cedida)

Empresarios del sector logístico reunidos este jueves 28 de mayo por las Asociaciones Territoriales de la Empresa Familiar para analizar sus perspectivas en el actual contexto sanitario y económico, compartieron en un webinar sus experiencias y análisis sobre el impacto de la pandemia en este sector y los cambios producidos en distintos ámbitos y los retos que el sector abordará a partir de ahora.

La jornada telemática, enmarcada en el ciclo organizado por la red de Asociaciones Territoriales Vinculadas al IEF, fue organizada en esta ocasión por la Asociación de la Empresa Familiar de Aragón (AEFA), la Asociación de la Empresa Familiar de Canarias (EFCA) y la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar (AAEF).

Los tres empresarios participantes en el encuentro Alfonso Sesé, presidente del Grupo Sesé, Manuel Valle, presidente del Grupo Valora y SEUR Canarias, y Borja de Torres, presidente de Acotral, coincidieron en formar parte de un sector del que destacaron que han tenido la oportunidad, pero sobre todo la obligación de mantener su actividad durante todos y cada uno de los días del estado de alarma.

Si en un primer momento, contener el colapso sanitario era el primero objetivo como sociedad, atajando la propagación, a continuación, evitar el colapso por el desabastecimiento de hogares y centros críticos para mantener el mínimo soporte vital constituyó el bastión de resistencia ante la embestida de la pandemia. En ese escenario, la cadena logística, visible en los transportistas, se convirtieron en “proveedores de la confianza”, tan necesaria para asegurar la tranquilidad de las personas. 

Tratándose de un sector de servicios horizontal a los demás, su demanda de actividad ha estado marcada por las empresas y particulares a los que en caca caso han servido con sus actividades de distribución, almacenamiento, transporte o mecanización. Según el usuario, han visto frenada en seco su aportación (producción automóviles, por ejemplo), o redoblada su demanda (distribución alimentaria).

En el caso del sector del transporte por carretera, la atomización y especialización de las empresas (un 70 % de las empresas tienen una flota formada por un solo vehículo), y de todos, estiman que sólo un 15 % ha sido capaz de mantener su actividad regularmente. Y, sin embargo, ha habido puntas del 200 % del trabajo habitual, hasta una media del 120/160 %, en casos y momentos muy particulares, comentaba Borja de Torres.

El enorme repunte de las compras on-line o comercio electrónico, sobreponderando el B2C frente al B2B, ha sido otro cambio sustancial que ha obligado a reforzar las tareas del sector logístico, quizás con cambios en los patrones de consumo que podrían consolidarse, apreciación que describió Manuel Valle, y que ha demostrado la adecuada capacidad y preparación del sector logístico para hacerle frente, en palabras de Alfonso Sesé.

Algunas de las preocupaciones básicas en el desarrollo del trabajo de estas empresas se centraron en la escasez de medios de protección personal las primeras semanas. Cantidades muy importantes eran difíciles de conseguir, y el sacrificio de horas en el servicio, las medidas de seguridad ya habituales en un subsector muy regulado (transporte). Aún así encontraron soluciones para mantener su actividad y asegurar así la de productores y consumidores finales, e intermedios.

En este caso, al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, se le reconoce la adecuada respuesta a determinadas necesidades planteadas de inmediato por el sector, flexibilizando y facilitando las demandas de los operadores para mantener su trabajo. A pesar de ello, creen que podría aprovecharse para eliminar ciertas cargas burocráticas y lastres administrativos pendientes.

Las demandas hacia la Administración se centran en la provisión de liquidez vía financiación, y cualquier ayuda que permita la reactivación de las demás empresas de otros sectores para que estas a su vez mantengan la necesidad de servicios logísticos en los niveles anteriores.

Los tres empresarios han reconocido como retos inmediatos del sector – aprovechando las capacidades de innovación, coraje y creatividad impuestas por la necesidad y fruto del tremendo esfuerzo durante estos meses -, la necesidad de mejora de la competitividad de las empresas, bien por tamaño, bien por la mejora de procesos, o como apuntaban Alfonso Sesé y Borja de Torres, mediante la intensa digitalización de sus operaciones.

Además de los empresarios familiares del sector logístico, actuaron como anfitriones Alicia Martinón, presidenta de la Asociación de Empresa Familiar de Canarias y José Luis Martínez Lázaro, presidente de Asociación Andaluza de Empresa Familiar. Todos ellos aprovecharon sus alocuciones en la jornada para subrayar el espíritu de cohesión de las asociaciones de la empresa familiar y para resaltar el papel de las empresas familiares en la superación de la crisis.

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