La Cátedra de Empresa Familiar inicia su cuarto curso

El IV curso de la Cátedra de Empresa Familiar se inició con mucha ilusión por parte de los promotores y los alumnos que van a participar de esta formación. (Fotos: Maite H. Mateo).

La Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad Pública de Navarra, impulsada por ADEFAN, inició el 29 de septiembre el IV curso del título propio de ‘Experto Universitario en Gestión de Empresa Familiar‘. El acto de apertura, presidido por el consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital, Juan Cruz Cigudosa, y el rector de la UPNA, Ramón Gonzalo, incluyó la entrega de los premios fin de estudios de la Cátedra del curso anterior.

Igualmente, en la cita participaron el presidente y la directora de ADEFAN, Francisco Esparza y Marisa Sáinz, respectivamente a los que acompañaron la directora de la Cátedra, Lucía Garcés; la directora general de la asociada Lizarte, Laura Alba así como Ricardo Goñi, director de Relaciones Institucionales de Caja Rural de Navarra.

De izquierda a derecha: Lucía Garcés, Ramón Gonzalo, Juan Cruz Cigudosa y Laura Alba.

En su intervención, Francisco Esparza invitó a los alumnos del título propio a que le saquen «el máximo partido posible«. «Desde ADEFAN vamos a poner todo nuestro saber a su disposición«, confirmó. Precisamente, destacó que el conocimiento que van a aportar es «muy práctico» por lo que puede resultar muy positivo para su futuro profesional. «Estoy seguro de que todo lo que podáis aprender en este título propio os va a ser de mucha utilidad», remató.

Siguiendo ese mismo argumento la directora de la Cátedra, Lucía Garcés, se mostró «muy satisfecha» por esta cuarta edición del título propio de ‘Experto Universitario en Gestión de Empresa Familiar‘. A este respecto, destacó como «gran novedad» que este año se unen a los alumnos de la UPNA profesionales de la empresa familiar «que han venido a especializarse en gestión, aspectos jurídicos y laborales y fiscales». Como remate a su discurso, Garcés animó a todos a que acudan «con ganas» al tiempo que les animó a disfrutar de las clases «y, sobre todo, del contacto que van a tener con los empresarios en los seminarios prácticos de los jueves».

Por su parte, el rector de la UPNA, Ramón Gonzalo, afirmó de este curso que es «una gran oportunidad» para los alumnos porque «les puede ayudar a entender las peculiaridades de la empresa familiar con vistas a poder gestionar y dirigir este tipo de organizaciones». Por eso, les animó a que «aprendan mucho de los diferentes invitados que van a acudir a los diferentes seminarios». «Que lo aprovechen y que no dejen de formarse nunca porque es la mejor inversión que existe en esta vida es la formación continua«, apuntó.

LECCIÓN MAGISTRAL

El acto de apertura del IV curso del título propio de ‘Experto Universitario en Gestión de Empresa Familiar‘ finalizó con una ‘clase magistral’ a cargo de la directora de la asociada Lizarte, Laura Alba. En ella, remarcó el importante peso que desempeñan las familias empresarias en el tejido productivo de la región. Así, recordó que siete de cada diez sociedades de la Comunidad foral son familiares y que dicho porcentaje sube al 83 % si hablamos de microempresas. También mencionó la contribución de tal forma que este tipo de compañías representan el 51 % del total del empleo y aportan el 58 % del Valor Añadido Bruto (VAB). «Estos números confirman que una economía no puede sobrevivir sin las empresas familiares», señaló.

Alba, igualmente, reflexionó sobre la labor y la importancia que debe desempeñar el Consejo de Administración en este tipo de sociedades. Ahí subrayó que «ser consejero ya no es un premio o una distinción, es una responsabilidad que solo deberían ejercer profesionales preparados para dicha función». Insistió, por ello, en la necesidad de dotarse de las necesarias competencias técnicas para asumir esa labor. Y, en su relación con la familia propietaria, su recomendación para el directivo que llega a una empresa familiar fue que si no existe ese órgano de gobierno promueva su creación «ya que es necesario que todos los miembros de la empresa aporten valor cuanto antes».

En su lección magistral, Laura Alba destacó el importante papel del Consejo de Administración en la empresa familiar, entre otros temas.

Un tercer asunto que abordó la directora general de Lizarte fue la política de contratación de los propios familiares (segundas y terceras generaciones). Su consejo fue limitar dicha incorporación «porque si todos los puestos de responsabilidad ya están copados, los trabajadores más talentosos acabarán por abandonar el proyecto con el consiguiente coste para la empresa en conocimiento y valor añadido», señaló. Asimismo consideró la necesidad de evitar «a toda costa» la negociación directa entre familiares, garantizar unos criterios objetivos relativos al cumplimiento del perfil, experiencia mínima exigida, tener un plan de carrera claro y, en caso de conflicto, acudir a un servicio de mediación «profesional y de garantías». «En definitiva, disponer de un protocolo familiar que regule todo lo relacionado con la gobernanza de la empresa y la participación en la gestión«, apuntó.

Por último, Laura Alba citó los «grandes retos» que tiene pendientes la empresa familiar como la sostenibilidad o la transformación digital. «Seguro que la incorporación de todos vosotros y las futuras promociones supondrá un revulsivo para el avance en esos campos», dijo. Y finalizó con la siguiente reflexión de Virginia Satir: «Los sentimientos de valor solo pueden florecer en un ambiente donde se aprecien las diferencias individuales, se toleren los errores, donde la comunicación sea abierta y las reglas sean flexibles. Todo ello es el tipo de ambiente que se encuentra en una familia cariñosa». 

De izquierda a derecha: Laura Alba, Francisco Esparza, Juan Cruz Cigudosa, Ramón Gonzalo, Marisa Sáinz, Ricardo Goñi y Lucía Garcés.

 

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