Juan Corona: «El objetivo tiene que ser ganar tamaño y dimensión»

Juan Corona, Francisco Esparza, Marisa Sáinz y José Ignacio Pérez de Albéniz, minutos antes de iniciar el coloquio-almuerzo celebrado por ADEFAN en el Hotel Pamplona El Toro de nuestro asociado Events Hotels. (Foto: Víctor Ruiz)

El consejero académico del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Juan Corona, fue el principal invitado al almuerzo-coloquio celebrado con una amplia representación de ADEFAN el 31 de enero en el Hotel Pamplona El Toro, perteneciente a nuestro asociado EventsHotels. Corona, en concreto, centró su intervención en torno a una doble temática. Por un lado, la necesidad de que las empresas familiares crezcan para lograr dimensión y tamaño. Y, por el otro, la importancia de dotarse de una buena gobernanza. 

En torno al primer asunto, Corona afirmó que la crisis derivada de la pandemia, reforzada con la invasión de Ucrania, ha demostrado que la supervivencia empresarial está muy relacionada con el volumen. «Las grandes empresas pueden soportar épocas de crisis porque tienen los recursos para hacerlo. Las pequeñas, por el contrario, van muy bien con el viento a favor, pero si este cambia carecen de la fuerza necesaria para subsistir», indicó. De ahí que «el objetivo no puede ser funcionar bien sino ganar tamaño y dimensión«, insistió.

Juan Corona habló en Pamplona de dimensión y gobernanza en las empresas familiares.

A este respecto, Juan Corona recordó que el crecimiento depende de dos variables. Una de ellas es la propia decisión del empresario y, la otra, que el sistema legal impulse o, al menos, no dificulte ese proceso. «Los empresarios no queremos ayudas sino la retirada de aquellos obstáculos que nos impiden competir con nuestras homólogas de otros países», subrayó.

Por lo que respecta al tema de gobernanza, el invitado al almuerzo-coloquio consideró que queda mucho por hacer «porque esto ha llegado hace muy poco tiempo». «No es una tontería, es esencial«, continuó para añadir seguidamente que «alguien tiene que tomar las decisiones y controlar de forma ordenada y con unos criterios que hay que respetar». Ante ese escenario, el consejero académico del Instituto de la Empresa Familiar aconsejó «ser humilde». «La formación puntual se ha acabado y tiene que ir pareja con el ciclo de vida«, afirmó. Esto le llevó a invitar a los presentes a trabajar duro en esta asignatura pendiente. «Nuestras empresas tienen a gente muy buena, que conoce el negocio pero deben estar preparadas para las amenazas externas de un mercado hipercompetitivo. Y eso, hay que aprenderlo», reiteró.

FISCALIDAD Y DEFENSA DE LA FIGURA DEL EMPRESARIO FAMILIAR

La reunión en el Hotel Pamplona El Toro incluyó también dos reflexiones más. Así, José Ignacio Pérez de Albéniz, socio-director de ARPA Abogados Consultores, analizó las últimas novedades fiscales aprobadas el pasado diciembre. Bajo su punto de vista, «unas fueron positivas y, otras, no tanto». Entre las primeras mencionó la reducción del tipo impositivo del 28 % al 23 para sociedades que facturan de 10 a 20 millones de euros. También, las que fomentan el emprendimiento «aunque habría algunos aspectos que se debieran ampliar o, al menos, retocar en comparación con la Ley Estatal de Empresas Emergentes», explicó.

En el lado contrario, entre las que definió como «no tan buenas» se refirió a la subida de la fiscalidad del ahorro y de los últimos tramos del Impuesto del Patrimonio. «Este año, con elecciones por en medio, veremos en octubre o noviembre qué medidas fiscales pueden producirse. Hay que esperar», comentó Pérez de Albéniz.

El último en tomar la palabra fue el presidente de ADEFAN, Francisco Esparza. En línea con lo expresado hace unos días por el presidente de Mercadona, Juan Roig, hizo una defensa de la figura del empresario y, más en concreto, de las familias empresarias. «Somos los que creamos empleo y riqueza y, para lograrlo, tenemos que alcanzar un objetivo económico que es legítimo porque no somos una ONG«, señaló. Esparza apuntó, siguiendo con ese mismo argumento, que «nadie arriesga si no es a cambio de unos beneficios y estos son necesarios para que las empresas puedan crecer y generar, a su vez, más empleo y riqueza», aseguró.

Además, recordó los distintos estudios elaborados durante la pandemia y donde se mostró cómo las empresas familiares antepusieron el mantenimiento de los puestos de trabajo a los objetivos económicos. «Ya se nos ha olvidado», lamentó. Y concluyó que «ganar dinero no es un sacrilegio. En nuestro caso lo hacemos a partir de una serie de valores que nos definen: visión del negocio sostenible y a largo plazo, reinversión en la propia empresa; cuidado, retención y promoción del talento y los trabajadores, arraigo al territorio, … Reducir todo eso a una visión simplista del empresario como un capitalista despiadado no tiene sentido aparte de ser una injusticia ante la que ADEFAN, en nombre de nuestras familias empresarias de Navarra, no vamos a permanecer callados«.

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